Hace poco me preguntaba una compañera por qué visitar Vigo, que si merecía la pena ir hasta allí en invierno. ¡Pues claro que sí!
Pese a esa imagen de ciudad industrial con la que muchas personas asocian Vigo (muchos porque no han visitado la ciudad en los últimos años y otros tantos porque no han sabido encontrar los sitios únicos que hacen de Vigo una ciudad fantástica para viajar por las RiasBaixas), hay mucho que ver y que hacer en Vigo.
Así que he decidido contaros poco a poco mis lugares favoritos, que ya era hora (ya sabes, en casa de herrero…)
Y para empezar he elegido dos lugares únicos: el Museo del Mar y el Salinae.
En realidad, todo es el «Museo del Mar de Galicia» pero como tiene dos sedes, algunos se olvidan de visitar uno cuando visitan el otro. Y, francamente, merecen la pena por separado:
1. El Salinae, única salina romana de evaporación solar musealizada de todo el Imperio Romano
Decían, cuando yo estaba en el colegio, que Vigo venía de «vicus, vici», un pequeño asentamiento en la época de los romanos. Es posible. Vigo lleva habitado desde mucho tiempo antes (por aquí ha pasado casi todo el mundo) debido a la protección que ofrecen la Ría de Vigo y las Islas Cíes.
Dicho esto, la historia de Vigo en el Imperio Romano no es muy conocida, no tenemos grandes urbes romanas ni calzadas que demuestren el lugar de Vigo en la historia de Roma, pero estar estuvieron y una muestra de la presencia del Imperio Romano en Vigo son precisamente las salinas romanas del Salinae (otro es la villa romana de Toralla.)
Al parecer, a los romanos les interesaba la sal de la Ría. Y en torno a los siglos I-III d.C. montaron una salina para la producción a gran escala, en lo que hoy conocemos como la calle Rosalía de Castro de Vigo.
La evolución de la ciudad haría que con el tiempo que estas salinas romanas de Vigo quedasen ocultas bajo los edificios. Hasta que ya entrado el siglo XXI volvieron a la luz, en pleno centro de la ciudad, cuando se iban a construir un centro de salud y un parking en la zona.
Pero no me enrollaré más ¿Por qué merece la pena visitar el Salinae en Vigo?
Pues porque es un yacimiento único en el mundo. Porque es gratis (al menos ahora mismo lo es). Porque no necesitas coche ni autobús para acercarte a verlo, está en el centro de Vigo. Porque se ve rápido y fácil (es totalmente accesible) y se puede ir con niños. Y porque no encontrarás muchos sitios así en ningún lugar del mundo.
La exposición del Salinae muestra una pequeña parte de las salinas romanas y también explica cómo se obtenía la sal y cómo se utilizó a lo largo de los años.
Muy interesante los cuadernos con recetas de la época romana que muestran cómo usaban la sal en su gastronomía (es lo único de la exposición que además de en gallego y castellano se puede disfrutar en inglés.)
¿Lo malo? El horario es un poco limitado. Abre de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00, de martes a viernes, los fines de semana sólo abre de mañana (aunque es mejor preguntar antes, porque en la web acabo de comprobar que pone otra cosa totalmente distinta.)
* Si te interesan las salinas, también puedes acercarte a las Salinas de Ulló en el otro lado de la Ría de Vigo. No son romanas, pero ofrecen un paisaje fantástico con vistas a la Isla de San Simón.
2. El Museo del Mar de Galicia
El Museo del Mar es uno de esos edificios que ya has visto, pero no lo sabes. Tiene unas fotos fantásticas con el faro de Alcabre y la playa, y todos los que hemos visitado Vigo tenemos una foto de la puesta de sol de este lugar en Instagram (o casi.)
Y esa es una de las razones por las que visitar el Museo del Mar en Vigo: la fotografía. El sitio tiene un par de ubicaciones únicas, como el faro, los edificios de la antigua conservera, la playa con sus puestas de sol rosáceas y la vista de las Islas Cíes. Si a eso le añades que pasear por la zona de alrededor de las instalaciones es gratis y que están a un paso de la playa de Samil, es la combinación perfecta.

Pero esa no es la única razón para acercarse al Museo del Mar (de Galicia.) El Museo tiene una exposición la mar de interesante (ojo al chascarrillo ?…) sobre la relación de Galicia con el mar y la pesca.
Hay objetos muy interesantes, como el submarino de Sanjurjo Badía (quien por cierto fue amigo de Julio Verne) la antigua sala de subastas de la lonja de Vigo, el esqueleto del cachalote que varó en 2003 en la playa de Montalvo en Sanxenxo o el gabinete de curiosidades científicas.
Buzos, animales (incluyendo un pequeño acuario con peces propios de las aguas de la Ría de Vigo), restos arqueológicos, juguetes (incluyendo una Gwendolín, como la de los Morancos, y un juego de mesa que se llama… Vigo) la verdad es que cada vez que voy descubro algo que no había visto antes.

La exposición es bastante extensa y tiene cosas muy diferentes en distintas plantas y edificios, así que si no te quieres perder nada, sigue las flechas del recorrido, porque si no, es fácil perderse algunas cosas (o que te despistes mirando a las Cíes, que se pueden ver desde distintos puntos del museo del Mar).
Pero, si tienes ocasión, aprovecha las visitas guiadas, así seguro que no te pierdes nada importante. Además, hay audioguías, aunque yo nunca las usé y si hablas gallego (o lo entiendes) te las puedes descargar en su página web.
Y ya por último, no te olvides de visitar el acuario. Está en el edificio anterior al faro de Alcabre (en el muelle). Es pequeño, pero muestra los principales ecosistemas que se encuentran entre el propio muelle del Museo y la costa de las Islas Cíes, con cosas que probablemente no te esperarías encontrar allí, como tiburones.
Ah! Los viernes a las 11:30 y a las 12 menos cuarto tienen una visita especial que le suele gustar a los niños: Ver cómo alimentan a los peces en el Museo del Mar. Sólo hay 30 plazas cada vez y es por orden de llegada, así que si lo quieres ver intenta llegar a tiempo.

¿Quieres más razones para visitar el Museo del Mar? Pues en verano tienen un chiringuito la mar de majo, en los locales de al lado hay música en vivo por la noche, a los críos les encanta curiosear por allí y tienen una tienda de artesanías gallegas que va cambiando cada cierto tiempo el catálogo. Ah, también tienen exposiciones temporales de artistas gallegos.
Por cierto, el diseño del museo es obra del arquitecto italiano de Aldo Rossi, quien aprovechó el esqueleto de la vieja fábrica de Conservas de Alcabre (también fue matadero municipal) para generar un espacio único.