Hace ya unas cuantas semanas, me subí a un avión destino a Jerez para lo que sería uno de los fines de semana más memorables de los últimos meses (que ya es mucho decir): me fui a descubrir Chipiona, pero con un enfoque diferente. Volví tan encantada, que decidí darle tiempo, a ver si se me bajaba el subidón viajero y se reposaba lo que sentía pensando en el destino, pero no se me pasa, así que no fue un «amor de verano», este feeling está aquí para quedarse.
Para muchos, Chipiona es uno de esos pueblos de costa encantadores a donde ir a pasar el verano, dejarse ver por los chiringuitos y disfrutar del «slow living» andaluz. Para otros tantos, Chipiona es el pueblo donde nació Rocío Jurado, figura indiscutible de la música española. Pero hay mucho más que ver en Chipiona (y que hacer). Subidos en una bicicleta, recorrimos sus calles blancas y sus playas salpicadas por los corrales y las dunas, disfrutamos de sus interminables puestas de sol y de los chiringuitos, demostrando que Chipiona no sólo es un destino de Verano, sol y playa.
Así que, ahora que ya van a finalizar las fiestas patronales de la Virgen de Regla y los turistas empezarán a esfumarse para volver a la oficina, es el mejor momento para organizar un viaje y pasear tranquilamente por sus paisajes. Estos son mis imprescindibles de Chipiona para disfrutar en temporada baja (o al menos aprovechando que ya no estamos en temporada súper alta). Espero que tú también te enamores de esta tierra y de sus gentes.
1. Descubrir el slow living andaluz paseando a pie por el centro de Chipiona
Llegamos a Chipiona en autobús desde Jerez (te cuento más abajo cómo llegar a Chipiona en transporte público) y, con la ayuda del GPS de mi amigo Bo, fuimos andando hasta nuestro hotel. Casas bajas, paredes blancas, prácticamente sin tráfico (tuvimos la suerte de que todo el mundo había huido hacia el Rocío, así que teníamos Chipiona prácticamente para nosotros.)
Paseamos por Isaac Peral, con sus bares y tiendas, la Cruz de Mar y su paseo, la Parroquia de Nuestra Señora de la O y el Cristo de las Misericordias, el mercado… Daban ganas de parar en cada esquina a tomar un helado, probar los caracoles o sacar una foto a las macetas con geranios. Arrancaba nuestro fin de semana en Chipiona y nuestro paseo por el centro no nos quiso defraudar.
La verdad es que todo aquí queda cerca, así que recorreríamos estas calles a diario, con calma, como casi todo aquí en Chipiona. Aproveché que el hotel La Española tiene una terraza fantástica con vistas sobre la Parroquia, el Castillito y la playa para explorar desde arriba, mientras los demás hacían el check-in. (Por cierto, podéis ver un vídeo de mis vistas desde la habitación por la mañana en mi perfil de Instagram ;-) ).
2. Asombrarse en el Santuario de Nuestra Señora de Regla (y su museo)
No hay Chipiona sin su faro o sin su Santuario de Regla. Literalmente. El que hoy en día es uno de los centros religiosos más importantes del Sur de España, fue en su día un castillo fortaleza propiedad de los Ponce de León, quienes lo donaron en 1399 a los agustinos. ¿Que por qué os cuento esto? Porque merece la pena ver más allá de la imagen de la Virgen de Regla y visitar los entresijos del edificio.
Aquí se firmó la carta puebla del inicio de la localidad de Chipiona, antes parte de la cercanísima Rota. Las puertas se cree que eran ya las puertas del antiguo castillo y debajo del claustro existen bodegas que se cree que ya estaban en el siglo XIII. En el claustro todavía se puede ver el escudo de los Ponce de León…
Como os decía, los agustinos habitaron el lugar hasta 1835, en que les dio de lleno la desamortización y abandonaron el Santuario, que cayó en el abandono. En 1851 los Infantes de Orleáns visitaron Chipiona y les impactó la historia de la Virgen, por lo que se propusieron restaurar el templo y devolver la imagen desde la Parroquia de nuevo a este lugar. Una vez restaurado, el estado le cedió el Santuario al Padre Lerchundi (franciscano), quien se instaló aquí y fue reconstruyendo el edificio para ubicar en el un colegio de misioneros que enviaría desde aquí cientos de franciscanos a Marruecos y Tierra Santa.
Es por eso (o porque no había otra forma de hacerlo, rodeados de mar como están), que el convento tiene vistas al mar y que su museo, además de elementos religiosos, tiene también curiosísimos objetos de Marruecos y otras partes del mundo.
En 1904 se reconstruye el templo, con estilo neogótico. Es la misma comunidad franciscana, con sus 15 frailes, la que habita el monasterio, atiende el santuario y te muestra los secretos del Museo del Santuario de Regla. Uno de ellos Fray Juanjo es quien nos lo mostró a nosotros y también nos habló de otras curiosidades del Santuario y de la Virgen de Regla.
Como que es tan milagrosa que le tuvieron que poner una coraza de plata para que no le arrancasen trozos, o que, por una concesión papal, pueden celebrar la misa de la Inmaculada todos los sábados del año (a las 7:30 de la mañana, por si te interesa) y que los viernes santos hacen un besamanos con un fragmento de la Cruz. Ah! y que el olor de Chipiona es el olor de nardos e incienso de rosas, que es como decoran el Santuario de la Virgen de Regla.
Por cierto, en verano se puede visitar el museo todos los viernes por la tarde, pero también con cita previa llamando al 956 370 189. El Santuario se puede visitar libremente, siempre que esté abierto y teniendo en cuenta que es una iglesia.
Y ya que estáis por la zona, no os olvidéis de visitar el Humilladero (el templete construido encima del pozo en que se ocultó la talla de la Virgen de Regla durante la ocupación musulmana). O los edificios que el doctor Tolosa Latour construyó en estilo neomudéjar para cuidar a los niños a través las propiedades del fantástico clima de Chipiona y a «la playa más yodada de toda España» (lo que al parecer les confiere esa alegría de vivir a los chipioneros.)
3. Recorrer las vías verdes hasta el Pinar de Chipiona
Como os comentaba al principio, mi amiga Teresa no quería que solo descubriésemos la parte más turística de Chipiona, sino también los pequeños tesoros que a muchos escapan cuando vienen a visitar estas tierras. Y para ello nos subimos a las bicis y nos fuimos a recorrer los alrededores de Chipiona.
Hay una Vía Verde que une Chipiona con Sanlúcar de Barrameda, Rota y el Puerto de Santa María a través de una antigua vía ferroviaria. La ruta, que pasa entre pinares y campos de cultivo, nos llevó al Pinar de Chipiona, en la zona de PInar de la Villa.
Aquí, con más de 300 años de historia, los pinos piñoneros se distribuyen en pagos que antes se explotaban comercialmente por las familias de la zona. Hoy en día, la explotación ya no es tan rentable y, puesto que se ha prohibido en la caza en la zona, es un magnífico enclave para pasear a pie y avistar aves, como la colonia de torcaces que vive en el propio pinar, los buhos chicos, abubillas, tórtolas… O todas las aves de paso que aprovechan la cercanía del parque de Doñana y los lagos de Costa Ballena para cruzar por aquí, como los martines pescadores, los jilgueros o las carracas, entre muchos otros.
Por cierto, también tienen numerosos mamíferos, como el lirón careto, la musaraña, los erizos… Y el lagarto ocelado, aunque de estos no vimos ninguno (también por la hora a la que fuimos,)
Debe ser impresionante ver todo esto en Otoño, así que ya sabes, otro más a apuntar! Nosotros de aquí continuamos rodeando Chipiona por la vía verde hasta el SAAM – Club de Mar, para compensar el esfuerzo de la bici con un GinTonic y las vistas a Chipiona con la puesta de sol de fondo (os cuento más de puestas de sol abajo).
4. Disfrutar de la gastronomía (kilómetro cero, por supuesto)
Comer en Chipiona es también una cuestión diferente. Ya sabéis que en mi apuesta por el turismo sostenible uno de los elementos fundamentales es comer local (que me atreva a probar casi de todo también ayuda, tampoco lo vamos a negar) y en Chipiona se come la mar de bien.
Desde sitios donde tapear, relajados con una caña y rodeados de amigos, a sentados a mesa y mantel para probar algunos de los platos más típicos de la costa gaditana, en este artículo os dejo algunos de los mejores sitios, según lo que quieras comer (o beber) cuando visites Chipiona (incluyendo mis platos favoritos en cada sitio, por si te cuesta elegir.)
También os dejo algunas opciones para desayunar, ir de copas o comer «algo rápido» antes de una excursión o de iros de excursión en barco a Doñana.
5. Adentrarse en el “castillito” de Chipiona y (re)descubrir nuevo mundo
El Castillo de Chipiona es toda una incógnita. El tamaño es raro para un Castillo (originalmente fue incluso más pequeño), su origen es incierto (aunque se le atribuía a Guzmán «El Bueno», quien recibió estas tierras como pago por sus acciones en la Reconquista, algunos estudios lo sitúan más tarde, en el siglo XV) y se cree que fue originalmente una torre almohade, pero está tan transformado que ya no se vislumbra su origen. Pero que no os engañe, el «castillito» tiene un importante lugar en la historia.
Alfonso X ya lo fortificó durante la reconquista de Cádiz y ha sido un punto clave para defender la costa de un saqueo continuo de piratas moriscos, bereberes y turcos. Especialmente por su posición privilegiada en la Punta del Perro, que permite controlar la embocadura del Guadalquivir y la ruta hacia Sevilla. Los barcos tenían que esperar a que los vientos y las mareas fuesen favorables para entrar en el río y además aquí el desembarco por la playa de Regla es más fácil aquí. Además, era una buena forma de proteger los corrales de pesca.
Curiosamente, hasta 1473 no se consiguió repoblar esta zona, ya que el peligro de los ataques piratas hacía que la gente labrase los terrenos aquí pero dormían en Sanlúcar porque era más grande (y más segura.) Se cuenta que Barbazul estuvo por esta zona e incluso los viquingos, de camino a Sevilla.
El edificio ha sido casa del párroco, cuartel de la Guardia Civil, hotel (durante casi 100 años, la abuela del rey vino a aquí a tomar baños de Yodo)… pero hoy en día tiene dos usos mucho más interesantes (para mí al menos): aquí encontrarás la oficina de Turismo (donde puedes reservar visitas a los Corrales de pesca o al faro de Chipiona, por ejemplo, además de que tienen a un equipo muy majo que te darán información e ideas sobre qué hacer en la zona) y el Centro de Interpretación «Cádiz y el Nuevo Mundo», un pequeño museo del Descubrimiento y los viajes.
Una visita totalmente recomendable para cualquiera con alma viajera que da un repaso a la historia de la región, el descubrimiento del nuevo mundo, el comercio con las indias, y las figuras ilustres de Cádiz, como Mutis y Cabeza de Vaca.
Dónde dormir en Chipiona
En mi primer viaje a Chipiona nos alojamos en el Hotel de 3 estrellas La Española. Un pequeño hotel familiar ubicado entre el Castillito y el Paseo, en plena calle peatonal Isaac Peral. El trato inmejorable y la habitación la mar de cómoda (con vistas al Castillito y los corrales en mi caso). No os perdáis el solarium en la terraza, con vistas desde el faro a la parroquia.
Actualización 2019: Este año he vuelto a Chipiona y estaba a tope La Española, así que nos alojamos en el Hotel Agaró, al otro lado del Faro de Chipiona. Un estilo totalmente diferente, también con una terraza espectacular (con piscina) y un diseño que merece mucho la pena disfrutar. Echadle también un vistazo, que ¡los dos merecen mucho la pena!
6. Aprender a utilizar las mareas a tu favor en Los Corrales
Los corrales son otra de las grandes incógnitas de Chipiona. Nadie sabe de cuándo son: romanos, fenicios o incluso anteriores… Sabemos que ya estaban aquí incluso antes de estar el faro o el castillo y que existen pocas referencias tan antiguas de una pesca de este tipo, aunque en muchos sentidos recuerde a las almadrabas o a las camboas que se usaban en el Atlántico.
Si nunca has oído hablar de los corrales, te diré que es un cerco artificial que se hace con piedra ostionera (no, aquí los ostiones no se comen) y que tiene una serie de «caños» o entradas de agua que dejan pasar el agua de mar cuando sube la marea, pero que retienen a los peces más despistados cuando esta baja. Os dejo un vídeo para que entendáis cómo funciona y por qué merece la pena visitarlos.
El señor que veis en el vídeo es el «cataor» del corral, el primero en probar el corral cuando baja la marea y también el encargado de su mantenimiento (principalmente arreglar los muros tras los temporales y las mareas vivas). Sólo cuando éste ha salido, pueden entrar el resto de mariscadores, que capturan lo que el catador deja. Eso sí, todos ellos deben contar con la autorización pertinente, ya que la pesca está restringida (gran parte de los corrales pertenecen a la Reserva de Pesca de la Desembocadura del río Guadalquivir.) Así que nada de entrar «a por coquinas».
Nosotros tuvimos la suerte del principiante y vimos cómo capturaba un choco, un cangrejo «pelúo» y un capitán. Eso sí, dejando numerosos peces y mariscos detrás, porque aquí la pesca es sostenible y responsable, y sólo se pesca aquello que se va a comer y que tiene un tamaño adecuado. De esta forma, los mariscadores saben que podrán seguir pescando aquí en el futuro (ya que esos pequeños peces se convertirán en peces más grandes y los cangrejitos minúsculos servirán de comida a otras especies).
Por cierto, los corrales se pueden visitar, pero con las visitas guiadas organizadas por la oficina de Turismo, en las que se acompaña a un mariscador mientras trabaja en el corral y nos cuenta cómo utiliza las distintas herramientas y lo que va viendo a su paso (como las huevas de choco de la foto anterior). Eso sí, llevad calzado adecuado y (unas fanequeras, escarpines o deportivas viejas que no os importe que se mojen) ya que el terreno es peligroso y es muy fácil cortarse con la roca ostionera).
Para visitar es obligatorio reservar, bien en la oficina de turismo (en el Castillo) o por teléfono 956 92 90 65.
7. Encontrar camaleones en libertad
Hace años, los camaleones se vendían hasta en la plaza. Era un animal muy fácil de encontrar en Chipiona y, aunque no sobreviven en cautividad (el camaleón común es muy territorial y en los terrarios se muere), a los turistas les hacía gracia hacerse con uno. Hoy en día esto ya no es posible, no sólo porque quedan muchos menos camaleones debido a esa época de furtivismo, sino porque es una especie protegida que cuenta con un espacio propio en uno de las zonas de dunas más bonitas de la costa gaditana.
Como os cuento en el vídeo, esta zona está protegida y cuenta contaba con un interesante centro de interpretación para entender mejor a los camaleones y la zona en la que viven. Pero en Octubre de 2018 un incendio no intencionado hizo arder el Centro de Interpretación del Camaleón y ya no se puede visitar (está en proyecto volver a levantarlo.)
Aún así, el cordón dunar sigue siendo espectacular y un buen lugar para ver los camaleones y otras especies de aves, reptiles y plantas típicas de las costa gaditana. Aunque para ver a los camaleones toca madrugar y cargarse de paciencia, ya que, como animales en libertad, tienen sus propias costumbres y ritmos (además de que esto no es un zoo, sino un parque natural). Pero si los veis (llegan a medir unos 20 centímetros), no los toquéis ni mováis de sitio, salvo que corran algún peligro (y si esto sucediese, llamad al Centro de Interpretación al 662338500 o a la Delegación Territorial de Medio Ambiente al 956008700.)
Por cierto, en la web del centro de interpretación siguen colgando fotos de los camaleones que se encuentran por aquí y de cómo va avanzando la reconstrucción del centro.
8. Disfrutar de las puestas de sol
Ver la puesta de sol con una copa en la mano (y una vianda en la otra), o simplemente asombrarse de los tonos rosas sobre el mar, es uno de los grandes placeres de la costa gaditana y en Chipiona tampoco defrauda. Por supuesto, no hay una puesta de sol igual a otra, pero nosotros disfrutamos de unas magníficas puestas de sol desde:
- desde el SAAM, copa en la mano y vianda en la otra. Desde aquí puedes ver en frente el Océano Atlántico y a la izquierda todo el «skyline» de Chipiona, con el faro alumbrando la costa.
- desde la Playa de Regla, pasando las casas de Tolosa Latour, desde las pasarelas de madera, con una panorámica espectacular desde el otro lado de Chipiona
- desde el Centro Venturi, en la otra punta, y con una piña colada en la mano. El centro Venturi está casi en la Playa de las Tres Piedra, así que no hay referencias de edificios visibles desde aquí, pero solo ves mar, lo que hace que sea también una puesta de sol espectacular.
Aunque mucha gente estaba viendo la puesta de Sol en la zona del faro (ojo a la cantidad de selfies, que no salen bien porque es casi imposible que un móvil medio saque bien enfocadas ambas cosas) o en el paseo de la Cruz de Mar, porque, para qué engañarnos, la puesta de sol es espectacular la mires desde donde la mires.
Cómo moverse por Chipiona
En Chipiona todo está cerca y puedes ir andando de una playa a la otra. El coche es otra opción, aunque ¿por qué moverte en coche si puedes hacerlo en bici? En este viaje a Chipiona escogimos las bicicletas como medio de transporte y fue, sin duda, una de las mejores ideas que pudimos haber tenido. Las puedes alquilar con su cestillo, casco y candado en Bicicletas Valdés.
9. Subir al faro más alto de España
Si hay un elemento imprescindible que ver en Chipiona, además de los corrales, este debería ser el Faro. Y me refiero a no sólo por fuera. Aunque no mucha gente lo sabe, el faro de Chipiona (el más alto de España y uno de los más altos del mundo) se puede visitar, eso sí, con autorización de la Autoridad Portuaria (basta con ir a la Oficina de Turismo o llamarles antes para reservar la visita, en invierno los jueves y en verano a diario), ya que es un faro en funcionamiento y fundamental para controlar el paso de barcos y aviones!
Eso sí, hay que estar en forma, porque los 322 escalones hay que subirlos andando. Aunque al llegar arriba la recompensa también es grande: las mejores vistas, desde Doñana hasta casi casi Cádiz (dependiendo del día y de las brumas). Os dejo un micro vídeo para que os hagáis una idea.
Por cierto, a los pies del faro se encuentra una planta endémica de Chipiona (protegida, quedan muy pocas actualmente): la Taraxacun Gaditanum.
Y, como curiosidad, os diré que el primer faro fue romano y se ubicó aquí, en lo que llaman la Punta del Perro porque está en frente del arrecife natural Sal Medina, que indica la entrada al Guadalquivir y donde encallaban los barcos.
10. Apuntarse al turismo activo y moverse por la costa «de otra manera»
Ya os he comentado que nos movimos durante todo el fin de semana en bicicleta (probablemente la mejor forma de moverse por Chipiona sin tener que gastar gasolina y por paisajes por los que el coche no pasa.) Pero además te puedes apuntar a realizar deportes náuticos no invasivos, como el Paddle Surf (o Stand up Paddle).
Nosotros, con la excusa del Paddle Surf nos fuimos hasta el Centro Venturi (sí, es el mismo de la puesta de sol y la piña colada), pero es que merece la pena venirse a ver Chipiona desde el otro lado. Os pego fotico de los amigos que me acompañaron en el viaje recibiendo su primera clase de Paddle Surf (si los veis en el agua, no diríais que fue su primera clase!)
Como veis, una buena manera también de quemar las calorías del vinito moscatel y el resto de viandas fantásticas que comimos en Chipiona.
11. Descubrir los entresijos de la bebida fundamental de Chipiona: el moscatel
Tomarse un vino moscatel debería ser también un imprescindible de la lista, pero como para eso no creo que os tenga que decir nada, que seguro que ya os habéis animado a ello (o al menos a probar los pescados y carnes en salsa de vino moscatel que os recomendé arriba), pues ahora lo que os queda es descubrir por qué el moscatel es una bebida fundamental en Chipiona, por qué tiene ese sabor característico y cómo se produce.
Por eso, uno de los sitios imprescindibles que visitar en Chipiona es el Museo del Moscatel, en pleno centro. No, visitar la bodega para tomarse unos vinos nada más, no es suficiente. En el vídeo os cuento por qué ;-)
Y esto es sólo una pequeña parte del museo, que recorre desde el inicio del mercado de producción vitivinícola a mediados del siglo XV (e incluso mucho antes, repasando la influencia romana, fenicia y musulmana en los cultivos de la zona) hasta las actuales 150 marcas y 60 viñedos que producen 270,000 kilos de uva y 79,000 litros de vino moscatel.
Puedes consultar los horarios de visita en su página web.
12. Por supuesto, pasear (y bañarse) en las Playas
No creo que haga falta que te envíe a las playas para que lo marques en tu lista de imprescindibles de Chipiona o Cádiz, pero como estas aguas son también consideradas Balneario Natural debido a la alta concentración de yodo y minerales y la gran cantidad de horas de sol que tienen al año, pues no está de más que te apuntes un par de sesiones de «talasoterapia» dando un paseíto por la arena.
Chipiona cuenta con 14.600 metros de litoral, por los que se reparten las playas de NIño de Oro, Micaela, Cruz de Mar – Las Canteras, Regla, Camarón – La Laguna y Tres Piedras – La Ballena. Todas ellas son accesibles y 5 de las 6 son además bandera azul (solo se queda fuera Montijo – Niño de Oro).
Las más masificadas en verano son las que están más cerca de Chipiona Centro (Micaela, Cruz del Mar- Las Canteras, Regla), pero como no hablamos de viajar en temporada súper alta, sino de disfrutar del clima envidiable que tienen en Chipiona todo el año, pues ya es cuestión de que te guste un ambiente más natural o los minutos que quieras hacer en bici hasta allí.
Por cierto, te quedan cerca para hacer los imprescindibles de la lista:
- Regla para las puestas de Sol y el Santuario
- Montijo – Niño de Oro para la Vía Verde y la puesta de Sol en el SAAM
- Camarón para los Camaleones y el avistamiento de aves y reptiles
- Cruz del Mar – Las Canteras para los Corrales, el Castillito y el Faro
- Las Tres Piedras – La Ballena para hacer deportes como el Paddle Surf y comer en La Manuela
Nota: Me cuenta mi amiga Teresa que se puede ir en barco a algunas de las playas (espectaculares) de Doñana desde Chipiona en barco. Además puedes ver el famoso barco del arroz, el faro y el Santuario desde el mar, y la desembocadura del Guadalquivir con los espectaculares pájaros que anidan o pasan por aquí. Lo hace, por ejemplo Navega Mas.
13. Tararear “como una ola” por lo bajini cada vez que veas un cuadro, foto o mención a «la más grande»
¿Sabíais que hay incluso una ruta oficial en torno a Rocío Jurado? Desde la escultura en el paseo a la estrella frente al Santuario, su chalet, su casa natal, o el mausoleo en el cementerio, los fans peregrinan hasta aquí con el recuerdo de Rocío Jurado. Sin duda fue una gran embajadora de su tierra y no es extraño que la recuerden con tanto cariño.
Por eso es también fácil encontrar fotos, retratos y todo tipo de recuerdos de ella en los establecimientos de la zona. Me recomendaron (aunque por tiempo no hubo manera) ir al Bar Tani, que es como un micro museo lleno de fotos y recortes, por si os queréis empapar de más datos sobre esta figura indiscutible de la música española.
14. Comprar una planta para recordar Chipiona cada vez que la riegues
Actualización Agosto 2020: Con el incendio de la planta de frutas y verduras de Mercado Rivera, todavía está en el aire qué va a pasar con los productores locales y el mercado mayorista. ¿Sigue siendo Chipiona un gran productor de flor cortada, frutas y verduras? Pues sí, pero tendremos que esperar a ver qué pasa y si se puede visitar.
Probablemente una de las cosas que no sepas es que en Chipiona hay grandes campos de cultivo de plantas ornamentales. Tanto, que tienen su propio mercado mayorista de plantas y frutas: Mercado Rivera. Todavía hoy, los productores vienen aquí 2 veces por semana y realizan la subasta de fruta y verdura.
También son de las empresas pioneras en exportar flor cortada y venden plantas en un vivero que puedes visitar (Rivera Garden) justo al lado y llevarte tu planta chipionera hasta casa. Mi romero ya está trasplantado en un macetón (y huele súper bien, aunque impactase a los de Iberia al verme subir con él al avión).
Sí, la planta está en un pub, concretamente en el Trinity, que es donde nos fuimos a tomar unas copas con nuestras plantitas (no criticar, que a las plantas también les gusta una fiesta).
15. Ver pasar las aves (birdwatching)
Ya os he comentado unos cuantos puntos de avistamiento de aves en Chipiona: el Pinar de la Villa, las dunas de la Playa del Camarón y Centro de Interpretación del Camaleón, pero no son los únicos. La cercanía con Doñana y el paso del Estrecho hacen que recalen por aquí petirrojos, verderones, cernícalos… Incluso el Puerto de Chipiona cuenta con la única colonia estable de Vencejo Moro de la zona.
¿En las playas? Zarapitos, vuelvepiedras, correlimos, chorlitejos, charranes, fumareles y gaviotas. La pagaza piquirroja
y el gavión atlántico, en invierno, o el charrán bengalí, en migración, son de las más buscadas al parecer. Pero mejor lo veis en la guía de avistamiento de aves de la provincia de Cádiz, que está súper completa.
Cómo llegar a Chipiona
El aeropuerto más cercano a Chipiona es el de Jerez (XRY), seguido del de Sevilla (SVQ). En tren, podrías ir a Jerez, Sevilla o Cádiz, aunque lo más cómodo es ir a Jerez y desde allí ir en taxi (30 minutos) o autobús a Chipiona (1 hora).
Además, buscando en GoEuro descubrí que también podías ir desde Galicia a Jerez en autobús. Tarda casi 15 horas (sale por la tarde y llega a primera hora de la mañana), pero puede ser una opción interesante para los que se quieran ahorrar una noche de hotel o le sale muy caro el vuelo. Os recomiendo que pongais de destino Jerez al buscar opciones de viaje, así GoEuro os mostrará todas las opciones de tren, avión y autobús y será más sencillo comparar opciones ;)
El precio de un taxi a Jerez está entre 60 y 70€ para hasta 4 personas y tarda 30 minutos. El autobús de Jerez a Chipiona sale desde la estación de buses que hay en frente de la estación de tren de Jerez, cuesta menos de 10€ por persona y pasa cada dos o tres horas (te recomiendo que revises el horario con la oficina de turismo.) Del aeropuerto de Jerez a la estación de tren y autobuses, hay un tren, aunque cuidad al comprar el billete, ya que paran en el aeropuerto tanto los cercanías como los media distancia y el precio es distinto (la máquina donde hay que comprarlo también).
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Este artículo tiene su origen en una invitación Teresa de El Faro de la Jument a conocer Chipiona junto a otros bloggers de viaje en un viaje organizado en colaboración con ACITUR Chipiona, Turismo de Chipiona, Mar de MiRutaResponsable y GoEuro. Como siempre, aquí encontrarás mi experiencia y opinión real sobre lugares que visito y los servicios que pruebo por el mundo. Cualquier duda me dices en los comentarios
8 Comentarios y Preguntas
Me encanta el juego que le has sacado a mi pueblo, Chipiona. Es un lugar al que me escapo siempre que el trabajo me lo permite y la echo muchísimo de menos
Hola Fran!
Me alegro de que te haya gustado. Tu pueblo es un lugar impresionante y ojalá más viajeros se animen a descubrir este pedacito de paraíso.
Saludos y buen viaje!
Chipiona tiene una playa que enamora y es un pueblo costero gaditano encantador. Felicidades
Hola Viajes,
Me alegra que os haya gustado el artículo.
Saludos y buen viaje!
Hola Leticia!!!! Hace varios años que veraneo en Chipiona, siempre lo hago en Septiembre y me pasó como a ti, me enamoré de todo. No conocía su historia y te doy las gracias por compartirla. Es muy buen artículo. 👍🏼 Un saludo 💋
Hola Lola!!
Me alegro un montón de que te guste el artículo. Acabo de volver y sigo tan enamorada como el primer día, los chipioneros tienen un tesoro.
Un abrazo enorme!
Bonito artículo, Leticia :) ha merecido la pena la espera :D. ¡Un gusto compartir esta escapada contigo!
Me alegro un montón de que te haya gustado Sergio! Fue un viaje memorable, a ver si repetimos pronto :)