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Tras los pasos del amor trágico: imprescindibles de Alcobaça, Centro de Portugal

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Por toda Europa hay historias de amor dramático, prohibido y «eterno». Lo contó Shakespeare con Romeo y Julieta y su amor adolescente en Verona, probablemente la historia de amor más conocida del mundo, pero también las encontramos en figuras  reales como Anna y Stanislaw (Krosno, Polonia) o los amantes de Teruel, cuyas tumbas han dado lugar a numerosas leyendas. Es el caso de D. Pedro y Doña Inés de Castro, cuya historia se hace real en Alcobaça a escasos metros del altar en dos impresionantes túmulos enfrentados que esperan a la eternidad para ser mutuamente la primera persona que vean al volver a levantarse.

No os contaré hoy más sobre esta impresionante historia de amor que nació en Coímbra y se volvió eterna aquí en Alcobaça, pero sí os diré que es uno de los motivos por los que visitar Alcobaça y su monasterio, que además forma parte de los lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO (junto con Batalha, Coímbra, Tomar y Valle de Coa).

Y, como no es el único motivo, os comparto mi lista de imprescindibles de Alcobaça y todas las recomendaciones de amigos y conocidos para que puedas planificar mejor tu viaje por el Centro de Portugal:

1. Monasterio de Alcobaça

Alcobaça no sólo es el símbolo del amor, sino que también es la capital de la historia de la orden del Císter en Portugal. Su construcción arrancó en 1178, tan sólo cuatro años después de que el primer rey de Portugal cediese a la orden estos terrenos, como gratificación por ayudar a recuperar Santarém. El objetivo era que ayudasen a repoblar esta zona de Portugal y aquí estuvieron hasta que allá por el siglo XIX se expulsase a la orden de abadías y monasterios.

Pero nosotros a lo nuestro: ¿por qué visitar un templo erigido en el siglo XII por una orden austera? Pues para empezar porque aunque en el gótico cisterciense evita desviar la atención de la observación y el encuentro con Dios, la monumentalidad del espacio es, simplemente, impactante. Sus 24 metros de altura fueron decorados en etapas posteriores con estilo plateresco y barroco, pero en torno a 1940 todos muchos de estos añadidos se elminaron porque el régimen quería recuperar la «originalidad» del monumento.

Pero no te quedes aquí, si las paredes sobrias de columnas desnudas te dejan sobrecogida, el resto del espacio no se queda atrás: la sala de los reyes (no encontrarás aquí a los Felipes), el claustro del silencio (del siglo XIII),la cocina, el scriptorium, la sala del capítulo… cada rincón parece ofrecer algo diferente, un detalle oculto de piedra, agua y luz.

Más allá de la sobriedad de la iglesia, el resto de espacios ofrecen distintos estilos, mostrando el paso de los años por estas piedras: gótico, manuelino, manierismo… Solo decir que su escriptorium fue uno de los más importantes de la Edad Media en Europa.

Y, aunque lo deje para lo último, será de lo primero que veas, las arcas de Don Pedro y Doña Inés. Dos arcas construídas para su entierro, excesivamente adornadas, pero colocadas como elemento principal de un templo cisterciense, en el que nunca se pudo enterrar a nadie.

Si te has animado a visitar más allá, desde el dormitorio común, te habrás asomado por la ventana para observar algunos de los detalles del túmulo de doña Inés, desde arriba. No te quedes ahí, aprovéchate de un buen guía y que te cuente la historia que cuentan sus distintos detalles tallados en piedra.

TRUCO: A ver, puedes comprar los billetes para el monasterio con antelación y en cualquier otro de los monumentos y museos de la Dirección General de Patrimonio Cultural. Peeero puedes reservar tu entrada online en la web oficial (también con descuento de carnet joven y senior, etc.), incluyendo el pack de entradas a los sitios del Patrimonio Mundial (Batalha, Alcobaça y Convento de Cristo de Tomar) y te ahorras un par de euros. Además, para el pack puedes indicar las fechas de visita distintas para cada monumento, así no tienes que pegarte la carrera y verlo todo en un día.

La ruta de Camões y la cerámica de Alcobaça

Allá por el siglo XVI Luís Vaz de Camões escribió la épica Os Lusíadas, obra cumbre de la literatura portuguesa y en la que se narra la leyenda de Don Pedro y Doña Inés de Castro y su amor fatídico. En estos textos y otros de autores más contemporáneos sobre esta historia, se basa el recorrido por Alcobaça conocido como la ruta de Camões.

Para ello, diez fábricas de cerámica de Alcobaça elaboraron piezas únicas que se exponen por el centro de la villa y que hacen un bonito paseo que conecta el monasterio con el río, los edificios históricos más antiguos y el Jardim do Amor. Es una buena excusa para pasear por la ciudad más allá del monasterio y conocer sus distintos rincones.

Y otra muy buena excusa para re-descubrir la tradicional cerámica de Alcobaça que, aunque aquí toma un diseño moderno, en los museos Raul de Bernarda y el Museu de Faiança muestra sus tradicionales amarillos, verdes, violetas y rojos sobre un predominante fondo azul. El primero, con una colección proveniente de una de las tradicionales fábricas de cerámica – loza artística de Alcobaça. El segundo, de la colección privada de la familia de Maria do Céu e Luís Pereira de Sampaio.

La Chita de Alcobaça

La chita (o chintz) de Alcobaça no es de Alcobaça. O eso dicen los arqueólogos industriales que poco más han podido descubrir del origen o primeros diseños de este típico tejido portugués de inspiración oriental. Ojo, que no hay traducción literal del tejido al español, que según algunos es cretona y según otros es percal y, según yo, que sé nada y menos, es un tejido decorativo hecho de algodón y con estampados de «inspiración» oriental que no sabría donde poner pero que me encantaría comprar por metros y metros.

Pues bien, si en el imaginario colectivo portugués esta tela es de Alcobaça, en la ciudad están intentando recuperar no sólo el tejido sino sus patrones únicos y aquí está una de las pocas tiendas de telas que vende este tejido (justo en frente del monasterio) en todo Portugal.

chita de Alcobaça

Como curiosidad, deciros que sus diseños repetitivos y verticales tenían como finalidad la de decorar la casa o elaborar colchas y cubre-camas.

Museo del vino de Alcobaça

El Museo del Vino de Alcobaça es, según su slogan: «el mayor, el más completo, el nacional»… ¿A que parece que no tienen abuela? Desde luego saben venderse y, aunque hay museos del vino más modernos o más orientados al producto actual, este sin duda no te lo deberías perder. ¿Que por qué?

Pues para empezar porque si te pasa lo que a mí, hay un montón de vinos portugueses que desconoces y un montón de técnicas antiguas que en los más modernos ya no vas a ver (tienen 10.000 piezas en exposición desde el siglo XVII al XXI). Además, como no sólo es un museo de una bodega concreta ni de las técnicas vitivinícolas, sino que también habla de la cultura popular del vino, tienen distintos espacios muy especiales, como la antigua taberna, donde hoy se hacen las catas de vino. Y tiene características únicas en el mundo, como que hoy puedes entrar en los que fueron depósitos de vino.

Los domingos por la mañana la entrada es gratuita, pero como con el tema de la pandemia no estaban abriendo los domingos, no sé si lo mantienen. Os recomiendo que os hagais con una visita guiada con «prova de vinhos» (degustación) y que la reserveis  antes de ir hablando con Turismo de Alcobaça o contactando directamente con el museo en Facebook (ahora mismo sólo las hacen previa reserva). Incluyendo cata, calculad una hora de visita (sin cata son como 40 minutos).

Más cosas que ver en Alcobaça

Os comparto más cosas que nos recomendaron y que a nosotros no nos dio tiempo a ver (porque la lista era larga) para que completes el fin de semana al máximo:

  • Las ruinas del Castillo de Alcobaça
  • El Jardim do Amor (con sus cofres del amor)
  • El mercado municipal
  • La Iglesia de Nossa Senhora da Ajuda (monumento nacional)
  • El museo de la cerámica “Maria do Céu e Luís Pereira de Sampaio”
  • La casa-museo Vieira Natividade
  • El museo Raúl da Bernarda

Dónde comer en Alcobaça

Como nosotros íbamos en ruta de Patrimonio de la Humanidad y nos quedaba más cerca en ese momento Batalha, nos paramos a comer en el Mosteiro do Leitao (el monasterio del cochinillo). El sitio es grande, como para excursiones, y tiene alguna cosa extraña como el sushi de frutas y verduras, pero si te gusta el cochinillo es muy mucho recomendable. Está como a 20 minutos de Alcobaça y a 5 de Batalha y se puede reservar online (las fotos de la galería son de allí).

En el mismo Alcobaça nos recomendaron otro que también se puede reservar online: Antonio Padeiro. Al parecer es bastante popular y también lo recomiendan en Michelin (sin estrella), así que por aquí lo dejo.

Eso sí, no os perdais cuatro elementos imprescindibles de la gastronomía de la zona:

  • el cochinillo (aquí leitao) y el frango na púcara (pollo guisado en una olla de barro)
  • las cornucópias (esos conos rellenos de yema de huevo), el pao de ló de Alfeizerao, las queijadas y los dulces conventuales en general
  • y, por supuesto, el vino y los licores (aquí es muy popular la Ginja)

Truco: Si quieres descubrir más gastronomía del centro de Portugal te recomiendo este post sobre qué comer (y dónde) en Coímbra.

Extra: El convento de Coz (Mosteiro de Santa María de Coz)

A tan solo 15 minutos en coche desde Alcobaça se encuentra otro imprescindible del Centro de Portugal: el convento cisterciense de Santa María de Coz. Sus muros, hoy caídos en su mayoría con la excepción de la iglesia, ocultan a simple vista una joya que alojó desde el siglo XVI hasta bien entrado el XIX a las hijas solteras (o mal casadas) de los nobles portugueses.

Este monasterio feminino fue el más rico de Portugal bajo la orden del císter y, al igual que Alcobaça, tiene su origen en las tierras que D. Afonso Henriques donó a la orden tras su victoria contra los árabes en Santarem.

Monasterio de Coz merece la pena

Aunque el monasterio nuevo es del siglo XVII (al parecer el anterior no permitía cumplir íntegramente la regla) y tras la expulsión de monjes de abadías y conventos y el abandono de las monjas en 1834 (podían quedarse pero decidieron trasladarse) fue repartido y se fue demoliendo poco a poco, hacedme caso, bien merece una visita. Desde los antiguos cuartos y «mirantes» donde aliviar la clausura o los restos de la antigua portería desde la que las monjas gestionaban su dote, hasta el pórtico en oro o su impresionante techo de madera, cada rincón cuenta una historia única.

No, aquí no hubo nunca una princesa, pero sus monjes fueron promotores de la independencia de Castilla, promoviendo a través de sus imágenes y cuadros el «culto del destierro» y la oposición a «los Felipes». Cuadros (uno de Josefa de Óbidos), el coro, los frescos del siglo XVIII, los azulejos… y un sinfín de curiosidades que se pueden descubrir con una visita gratuita a este recién declarado Monumento Nacional (las visitas mejor reservar enviando un mail a turismo de Alcobaça).

Peeero es que además, aquí crearon un buen número de dulces conventuales (se dice que los monasterios fueron los grandes protectores de los recetarios de las casas nobles). Una de esas recetas es el Pao de Ló (ya sabeis que soy una fan incondicional del pao de ló y este es una versión muy recomendable) del que dicen fue origen del japonés kasutera. La versión actual del Pao de Ló de Coz es seca y se hace con miel, y la puedes probar en lo que fue la antigua bodega del monasterio, donde está la tienda de CozArt.

Y otra es la de las Cornucopias de Alcobaça, una de las Maravilhas gastronómicas de Portugal (según los Portugueses) de la que ya os he hablado antes.

CozArte dinamizacion monasterio de Coz

Y, ya de paso pues conoces un poco la cestería tradicional de la zona (con junco) y hasta te pueden hacer una demostración de cómo se confeccionan las cestas y bolsas, previa reserva (os lo pueden gestionar en turismo pero si no escribidles a CozArt)

Dónde dormir en Alcobaça

En esta ocasión no dormimos en Alcobaça, así que no te puedo dar recomendación de primera mano en la zona. Pero estuvimos analizando opciones y este era nuestro top 3 antes de cambiar de planes:

Eso sí, están remodelando un ala del monasterio para convertirla en un hotel del grupo Montebelo (Visaveira) que tiene un pintón de aúpa. Además dos de mis hoteles favoritos en Portugal son de este grupo, así que grandes expectativas!!

Y a medio camino entre Coz y Alcobaça teníamos apuntado este:Quinta do Pinheiro porque es un hotelito rural y nos habían hablado bien del restaurante.

Y más cosas que ver cerca de Alcobaça:

Y como hay mucho que ver y que hacer en toda la zona Centro de Portugal, te dejo algunas cosas que te quedan cerca para que completes tu viaje:

  • Villa romana de Parreitas
  • Villa de Aljubarrota (la de la batalla)
  • el espectacular Monasterio de Batalha y Pía do Urso
  • Nazaré y sus playas de pescadores
  • el Parque Natural Serras de Aire e Candeeiros, sus grutas y dinosaurios
  • y un poco más lejos pero también muy recomendable: el Castillo de Ourém y el Convento do Cristo de Tomar y sus templarios, Fatima, Leiría y Caldas da Rainha.

Truco: hay un sindiós de excursiones online que juntan Tomar, Batalha y Alcobaça en un solo día. Yo no me pegaría ese palizón porque solo vas a ver los conventos/monasterios y nada más (cada uno de ellos lleva con un buen guía entre una y dos horas, más el tiempo de traslado de un lado para el otro más la recogida en el hotel… y digo yo que comeréis algo). Hay visitas guiadas en los distintos monasterios y opciones de tours menos «ambiciosas» que puedes contratar por libre y que te van a enseñar más curiosidades de cada ciudad.

Si lo que quieres es visitar los cuatro lugares Patrimonio de la Humanidad de Coimbra, Tomar, Batalha y Alcobaça, te recomiendo mínimo 2 días o más.

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