En estos últimos meses, aprovechando las tardes de los sábados para hacer una «escapadita» con el coche (sí, es un poco triste pero últimamente miro más a la pantalla del móvil que a la de la cámara…), he tenido la suerte de poder disfrutar de algunos de los pueblos y villas más bonitos del norte de Portugal.
Pero la elección no ha sido fortuita: la adicción a la cacharrería me ha impedido coger un mapa y señalar al azar el destino. A una hora y media de distancia máxima de mi casa y con una frontera por medio, han ganado los sitios con Wifi. Y no, no me refiero a wifi en las cafeterías, esa que cuando la pides nadie se sabe la contraseña o no funciona … Me refiero a wifi gratis de verdad, de la que se te conecta el móvil porque sí con solo pasar por delante de una plaza.
Uno de estos fantásticos lugares es Arcos de Valdevez, a 90 km (mal medidos) de Porto y de Vigo. Frontera con Ponte da Barca, Monçao, Ponte de Lima y Paredes de Coura (todos ellos recomendables aunque con poca wifi) y con un buen trozo del maravilloso Parque Nacional Peneda Gerês (con menos wifi todavía).
Por qué visitar Arcos de Valdevez
Esta pequeña ciudad del norte de Portugal es un lugar clave en la historia de España y Portugal. A pies del río Vez, en el año 1141, el Reencuentro de Valdevez entre las tropas de Alfonso VII del reino de León y Alfonso Henriques (primer rey de Portugal) supuso el último empujón hacia la consagración del reino de Portugal. Dicen que que la lucha fue tan encarnizada, que las aguas del río Vez se volvieron rojas.

No sé si sería verdad (en el tema turístico a veces se exagera), pero lo cierto es que ha jugado un importante papel como vía de paso desde el sur de Galicia al norte de Portugal, incluyendo una variante del Camino de Santiago. Hoy en día ha perdido peso frente a las cercanas Braga o Viana do Castelo, pero conserva su encanto, con numerosas casas señoriales, torres, templos de diversos estilos y sus puentes medievales.
Truco: Si te intriga la historia del primer rey de Portugal, sigue sus pasos en Guimaraes, su lugar de nacimiento, Coimbra, donde fundó la primera capital del reino y donde está enterrado, y Óbidos, donde pasó largas temporadas. Las tres son Patrimonio de la Humanidad y te van a encantar.
Qué ver en Arcos de Valdevez
Empezando por el río y su famoso puente sobre el río Vez, la ciudad crece dibujando dos márgenes desiguales. El de la izquierda (mi izquierda, bueno, las casas que se ven en la foto de arriba), más pequeña, con un interesante cruceiro del Senhor dos Milagres y la Iglesia de S. Paio de los siglos XVIII-XIX.

A mi derecha, la orilla donde se encuentra la oficina de turismo y el caballo sin patas que conmemora la batalla, se levanta una bonita villa en dos niveles y muy fácil de ver. Las cuestas no son muy empinadas, está todo muy requeteconcentrado y el tráfico es de escaso a inexistente, así que se puede pasear con tranquilidad.
Nosotros empezamos por la calle que está a la izquierda de la oficina de turismo, que lleva a la Iglesia y al crucero de la Misericordia.
Continuando por la misma calle, se llega a la plaza donde está la Iglesia de Nuestra da Lapa, del siglo XVIII. Es una de esas iglesias que desde fuera parece que no tiene la forma correcta. Con muchas curvas y medio torcida hacia un lado en pleno cruce de caminos.

En la misma plaza, en frente, la fuente no es una simple fuente. Es una de esas cosas del siglo XX entre originales y horteras: un reloj de agua.

A la derecha de la iglesia, baja una calle más bien corriente. Pero en su lado izquierdo se encuentra el monumento más antiguo de la ciudad.
Sin indicaciones casi pasa desapercibida, pero la Capela de Nossa Senhora da Conceição lleva aquí probablemente desde el siglo XIV. Medio románica medio gótica, me parece casi un milagro que esta capilla funeraria, abandonada desde el siglo XVIII, haya sobrevivido a la especulación inmobiliaria, las guerras y el paso de los años.
Aunque para eso Portugal es algo distinto a nosotros. Casi vacía, merece la pena entre tanta casa de los ochenta. Y, además, en frente hay un local bastante peculiar donde tomar un vino #nodigonáylodigotó
Continuando por la misma calle, se llega a la Plaza Municipal (la del ayuntamiento, vamos). Y aquí está el elemento que más orgullo causa al parecer entre los habitantes del lugar: la picota del siglo XVI o Pelourinho (declarado monumento nacional), de estilo manuelino.

Estamos en la parte más alta de la ciudad y las vistas merecen la pena. Pero también la Igreja do Espírito Santo (peor conservación, aunque debió de ser espectacular en su momento) y la Casa das Artes o Casa do Terreiro, del siglo XVIII-XIX.
En la segunda, me dijeron ya hace tiempo que merecía mucho la pena entrar. Es donde se encuentra la biblioteca municipal y tiene una sala de exposiciones, pero lo que más me ha fascinado (y he de agradecer la insistencia de la señora de la Oficina de Turismo) son sus murales. Así que si el horario acompaña (yo soy medio prima de Murphy y tiendo a llegar a los sitios cuando cierran o cuando acaban de cambiar el horario o justo antes de que lo hagan), entra en la biblioteca.
Hay mucho más: edificios como la cámara municipal, el balneario (moderno) o los cientos de esculturas en las rotondas, plazas y jardines. Aunque se van acercando al modernismo y van perdiendo el estilo decadente y tranquilo de este Arcos de Valdevez que me encanta.
Además, si te gusta el senderismo, no te quedes sólo con las playas fluviales y el parque que bordea el río Vez, por Arcos de Valdevez pasa una ecovía de 32 kilómetros de vías y pasadizos que te llevan hasta la aldea pintoresca de Sistelo (no hace falta hacérselo todo, pero Sistelo es un buen lugar para añadir a tu lista, está considerado una de las Maravillas de Portugal) en una dirección y hasta Carregadouro (y muy cerca de Ponte da Barca) en el otro sentido.
Y por último, ya que hablamos de Murphy, nota mental: si te encuentras una señal pintada como esta, ignórala, la han pintado por algo.
Sí, pone que hay 35 kilómetros a Monçao, pero deben de ser a la frontera, porque el camino es laaaaaaaaaaargo como un día sin pan (y sin wifi) y más si llevas a los camiones de la vendimia delante. Al menos las vistas merecen la pena.
Imprescindibles muy cerca de aquí
A un tiro de piedra, tienes el Paço de Giela, monumento nacional que incluye un pequeño museo sobre el papel de la batalla de Arcos de Valdevez en la fundación de Portugal.
Aunque sin wifi, son visita obligada ya que uno se acerca a estas latitudes: el pueblo de Soajo y sus numerosos hórreos (espigueiros en portugués), el Santuario Nossa Senhora da Peneda y la aldea de Castro Laboreiro, en pleno Parque Nacional de Peneda Gerês.
Eso sí, es mejor armarse de una paciencia infinita, porque es bastante normal que en una carretera minúscula flanqueada por muros de piedra y algún despeñadero, se te pare una vaca en frente y te toque esperar a ver a dónde quiere ir a pastar. Vaca, pero no la de los chocolates, una vaca de verdad, grande y con unos cuernos de miedo. Son inofensivas, conste. Aunque yo por si acaso no me bajé del coche (de pedirle un permiso para sacar una foto, ni hablamos…)
Si te animas a visitar el Peneda Gerés, esta es una zona perfecta para el senderismo y los deportes acuáticos. Eso sí, si no estás acostumbrada a hacer rutas en zonas montañosas, te recomiendo las rutas con guía, es una zona enorme, está en frontera y hay poca cobertura. Las puedes encontrar en Civitatis saliendo desde Soajo o Castro Laboreiro, o consultar con tu hotel en la zona.
También cerca de aquí tienes Ponte da Barca y Ponte de Lima. La segunda es la villa más antigua de Portugal y es visita obligada si estás por la zona, y la primera está llena de casas señoriales y es un buen lugar para descansar (o hacer avituallamiento) antes o después de visitar el Peneda Gerês.
Y, la aldea pintoresca que ya te había comentado antes: Sistelo, en dirección norte y a 30 minutos en coche (o 20 kilómetros andando XD ).
Dónde dormir en Arcos de Valdevez
Aunque a primera vista no parece que lo sea, la casa rosa que hay al lado del puente (y a la que todos le sacamos foto porque el reflejo es es-pec-ta-cu-lar) es un hotel de 4 estrellas con piscina y spa. Se llama Ribeira Collection.
Un pelín más alejado (pero no demasiado) del centro de Arcos de Valdevez, hay otro hotel algo más moderno, el Luna Arcos, también con SPA y con unas vistas impresionantes de la Igreja Matriz (desde el otro lado).