El 2017 ha sido un año muy viajero y lleno de descubrimientos: He explorado las montañas irlandesas y sus acantilados únicos, he paseado por islas prácticamente desconocidas de Galicia, me he perdido en coche por los Alpes Japoneses, he viajado con mi sobrina por primera vez, he descubierto lugares enigmáticos en Burgos y he seguidos los pasos de Ulises por la enigmática Túnez. No sé si ves el hilo conductor…
Quizás por eso el final de año no podía ser más espectacular. Hace un par de semanas me aventuré con otros intrépidos por las «Montañas Mágicas» portuguesas, entre los ríos Douro y Vouga, muy cerca de Oporto y Aveiro pero con un paisaje totalmente diferente. ¿El objetivo? Descubrir uno de los grandes desconocidos de Portugal, sus paisajes y sus tradiciones.
He vuelto con ganas de mucho más, lo que es de por sí garantía de que el destino tiene mucho que ver y que vivir. Así que, mientras preparo las próximas visitas por Portugal os traigo 12 de los secretos mejor guardados de estas mágicas montañas (o 12 visitas imprescindibles cerca de Oporto para amantes de la naturaleza y la cultura portuguesa…):
1.-La cascada más alta de Portugal
La caída de agua más alta de Portugal continental se llama Frecha da Mizarela y tiene más de 60 metros de altura. Ubicada en el sistema de fallas del Geoparque de Arouca (patrimonio natural por la Unesco), fue la primera cascada que vimos en nuestro viaje y, aunque ya casi de noche y tras la sequía de los últimos meses, impresiona su altitud y el sonido del agua.
De día, nos cuentan es posible ver el halcón peregrino, águilas como la culebrera o la de Bonelli y, dicen que también búhos reales, pero nosotros no vimos ninguno (cosas de la hora y el frío, supongo). Aunque sí vimos a un rebaño de cabras cruzando por encima de la carretera con el pastor «balando» para que le hiciesen más caso a él que a nuestras cámaras.
Os dejo dos fotos, una desde la propia cascada y otra desde el valle de enfrente, donde se encuentra el centro de interpretación de las «pedras parideiras».
2.-Las «Pedras Parideiras» o piedras que paren piedras
Si me habéis seguido en Instagram durante este viaje, seguro que os ha llamado la atención esto de las «piedras que paren piedras». No es broma, en el Geoparque de Arouca se da un fenómeno único en el mundo llamado «granito nodular», según el cual la roca expulsa trozos enteros de mica negra como si «diese a luz» a nuevas piedras, totalmente independientes y de formas ovaladas.
Os dejo dos fotos, una con musgo de las paredes interiores del centro de interpretación y otra sin musgo, donde se pueden ver piedras que todavía no se han terminado de «soltar» pero que terminarán cayendo por el efecto del los agentes erosivos y de las contracciones por el frío y calor. Y es que este fenómeno raruno se sigue dando, incluso dentro de las casas que se asientan en este granito único en el mundo.
Este es, quizás uno de los llamativos atractivos del Geoparque, al que la cultura popular ha asociado ritos de fertilidad, pero no es el único: desde los trilobites más grandes del mundo a fósiles, cascadas, plantas endémicas, etc.
Eso sí, os recomiendo que añadáis a la visita el centro de interpretación – Casa das Pedras Parideiras en la aldea de Castanheira, donde se pueden ver las piedras ya sueltas (no se pueden llevar para casa, son patrimonio cultural) y te explican cómo funciona. Porque no, no es llegar y ver caer piedras como si no hubiese un mañana… (daría bastante miedito, por otro lado).
3.- Passadiços do Paiva
Si habéis estado pendientes de las stories de la gente en Instagram este verano, seguro que más de uno habéis visto los «pasadizos» del río Paiva y la cascada «Cascata das Aguieiras». Los pasadizos, unas estructuras de madera inaugurados en 2015 y que bajan a la vera de la garganta del río Paiva (uno de los menos contaminados de toda Europa y famoso entre los deportistas de aguas bravas) miden 8 kilómetros y «salvan» desnivel hasta el río y las playas fluviales (unos 500 metros de desnivel, metro arriba metro abajo).
Cuando nosotros llegamos estaba bastante nublado y no vimos prácticamente nada durante un buen rato. Después, la niebla se fue despejando hasta dejarnos ver la cascada y el río. Francamente im-pre-sio-nan-te (incluso tras la sequía).
Por cierto, la foto de cabecera de esta página también es de los pasadizos. Hay que reservar entrada para acceder, bien a través de la web o en la oficina de turismo de Arouca, cuesta 1€ para mayores de 12 años.
4.- Aldea de Gralheira (Aldeia de Pai Natal)
Para los amantes de Portugal, que por aquí somos unos cuantos, no os extrañará que os diga que en esta zona se encuentra la aldea de Papá Noel. Visita casi obligada en Navidad para los que estáis más habituados a viajar con niños que yo (NIña A todavía es pequeña y no me aguanta tanto coche) y un punto más que interesante para todos los demás y durante el resto del año.
La Aldea de Gralheira (alias Aldeia de Pai Natal) es una de las aldeas más altas de Portugal y una de las aldeas tradicionales de la sierra de Montemuro, con esa imagen de casas de piedra y algunos supervivientes de los tradicionales tejados de paja (o colmo). En fechas navideñas, los vecinos de la aldea la transforman en un mini parque de atracciones para los niños, con cuenta cuentos, personajes infantiles (desde los tres cerditos a los piratas del caribe) y actividades varias repartidas por toda la aldea. Y, por supuesto, Papá Noel.
Puede que esta recomendación llegue tarde para este año, pero para el que viene, anuncian las novedades en su página de Facebook. Después no digáis que no os doy información precisa.
5.- Eiras da Laje en Bustelo
Y de pueblo tradicional a pueblo tradicional, ya en el valle del río Bestança se encuentra la aldea de Bustelo, Famosa por su era (era de «Espacio de tierra limpia y firme, algunas veces empedrado, donde se trillan las mieses», no de «Periodo de tiempo…»)
Pero, ¿por qué venir a ver una era? Bueno, porque a diferencia de otras «eras», aquí no se construyó el espacio, sino que se aprovechó una gran losa granítica que se rodea de los característicos «palheiros» o pajares del valle del río Bestança y de los «canastros» (hórreos) tradicionales.
Bueno, y porque goza de unas interesantes vistas de la sierra, con las montañas al fondo y unos atardeceres dignos de mención.
6.- Fragas de Penavilheira
Volviendo a los paisajes con cascadas en Portugal, no muy lejos del punto anterior, también en el valle del Bestança, se encuentran las fragas de Penavilheira. Estas fragas (o bosques tradicionales) surgen en torno a otro fenómeno geológico llamado knickpoints, dando lugar a una sucesión de cascadas con antiguos molinos y canales que llevan el agua a los terrenos agrícolas de la zona.
El camino por las fragas de Penavilheira es espectacularmente frondoso y, aunque el terreno era un poco resbaladizo en algunas partes debido a la humedad de la mañana, mereció la pena recorrerlo hasta llegar a la cascada.
Os he dejado un vídeo en Instagram para que veais otro tramo del río en este punto. Además, también visitamos el Centro de Interpretación del Valle del Bestança, que puede ser una visita muy recomendable con niños ya que muestra cómo cambia el valle con las distintas estaciones y tiene unas muy buenas vistas desde su tejado.
7. Amanecer en Porto Antigo
Siguiendo el curso del Bestança se llega al Duero (aquí Douro) a la altura de la «baía» de Porto Antigo. Antigua parada de los barcos que transportaban el Vinho do Porto hacia Vila Nova de Gaia, hoy en día es un punto espectacular para disfrutar de los paisajes del Duero y ¿por qué no? para amanecer con la compañía de cormoranes y garzas grises (el hotel del mismo nombre está en una antigua casa señorial con embarcadero propio y todas las comodidades de un 4 estrellas moderno).
No son las únicas especies de fauna y flora que se pueden encontrar en la zona, que conste.
8.- Los vinos verdes y sus «socalcos» con vistas al Duero
Los socalcos (bancales en castellano) son esos escalones de cultivo donde se cultiva el vino (y otras maravillas) en lugares con desnivel como Perú, Vietnam, la Ribeira Sacra y el Duero portugués. No es difícil encontrarlos en realidad a lo largo de todo el viaje por las Montanhas Mágicas, pero en el Douro se hace especialmente palpable, incluso cuando no hay viñedos.
Una buena excusa para probar, ya de paso los vinos de la región #digo
9. La Isla de los Amores
La isla de los Amores tiene su historia de amor prohibido (cosa que cabría esperar con este nombre) y unos restos de estructuras antiguas, como la base de una antigua ermita del siglo XV y de un antiguo puesto de vigía. Aunque lo más interesante es quizás el pequeño paseo entre el muelle y la isla, que permite ver el valle del Douro desde el agua.
La Isla no fue realmente una isla hasta que el embalse de Crestuma-Lever hizo subir el nivel del agua en 1985 y, quizás, no sea realmente un «imprescindible» vistos todos los puntos anteriores y posteriores, pero sí es una visita curiosa para los que quieran dormir al aire libre al lado del río (se permite la acampada libre, aunque el espacio es pequeño).
10. La feria agrícola tradicional de Castelo de Paiva
Sería un crimen ir hasta la Isla de los Amores e ignorar la feria de producto artesanal de Castelo de Paiva. Esta pequeña ciudad portuguesa celebra de manera mensual una feria agrícola donde los productores de la comarca (es el municipio más grandes de la región de Aveiro) se acercan a vender productos típicos y tradicionales. Es llamativo, además, que los participantes pueden sumarse a la iniciativa de forma totalmente gratuita, siempre y cuando sean productores o artesanos de la comarca.
La feria tiene lugar el último domingo de mes en el Largo do Conde, la plaza central de la villa, rodeada de los edificios más relevantes de la localidad, como la antigua cárcel (hoy oficina de Turismo y tienda de productos regionales), el ayuntamiento, la Igreja Matriz o el Cruzeiro da Independencia. En el mismo edificio de la oficina de Turismo se encuentra también la «Casa de Payva» un centro de Interpretación de Cultural Local donde se realizan exposiciones temporales y otras acciones (en nuestro caso una cata de vinos blancos y rosados de la región.)
11. Los petroglifos de Trebilhadouro
Trebilhadouro es otra coqueta aldea tradicional portuguesa, en este caso en la Serra da Freita, en la zona de Vale de Cambra. Cuenta con el sello de «Aldeia de Portugal», un proyecto que busca recuperar las aldeas portuguesas hacia el turismo rural y de tradición. Pero, aunque da gusto pasear por la aldea, no vinimos aquí a pasear (hay un par de recorridos de senderismo que pasan precisamente por aquí), sino a ver los petroglifos.
Los petroglifos de Trebilhadouro forman parte del arte rupestre atlántico y se han datado en entre el neocalcolítico (lo que aprende una en estas visitas) y la edad de bronce. Se encuentran a tan solo 1 kilómetro de la aldea a pie y tienen motivos de espirales, líneas, armas entre otros detalles, como unas concavidades en la roca. Of course, nadie sabe qué significan, pero son una muestra de que estos lares ya fueron habitados hace mucho, mucho tiempo.
12.- La gastronomía portuguesa de montaña
Y, ya por último, no podía faltar la gastronomía portuguesa, esta vez de alta montaña (arroces y pescados ya los conoces seguro…) En este caso disfrutamos como niños picando aquí y allá cuanto pudimos encontrar, pero se nos quedó en la retina un sorprendente cocido hecho en pan (dentro del pan y al horno) que comimos en el restaurante Mira Freita, en la aldea de Felgueira.
Por supuesto, la carne arouquesa a la brasa (todo un descubrimiento para mí, que pensaba que todo el monte es Cachena) que cenamos en Arouca, como cabría de esperar, en el restaurante Parlamento. Y guisada al estilo tradicional en Castelo de Paiva, en el restaurante Casa Amelia, donde también nos sirvieron pulpo guisado (no por más inesperado, menos bueno, conste).
También hubo hueco para los dulces conventuales, incluyendo las castañas dulces, hechas con yema de huevo, almendra y azúcar que probamos en Arouca. Y la castañas más «reales» que tomamos en Gralheira porque hacía frío y apetecía calentar las manos.
O el «mejor pao de ló del universo» (dato no contrastado) que disfrutamos junto con una magnífica comida con vistas, también en Casa Amelia.
Dónde dormir en Montanhas Mágicas
En esta ocasión nos alojamos en Quinta de Novais (Arouca) y en el Hotel Porto Antigo (Cinfaes). El primero es un hotel rural en una antigua casona reconstruida y el segundo un hotel más moderno con vistas al Douro (tiene su propio embarcadero).
Más info sobre las Montanhas Mágicas de Portugal:
Las «montañas mágicas» se encuentran en el centro-norte de Portugal, a menos de una hora de Oporto y Aveiro. Es un territorio extenso que incluye las sierras de Freita, Arada, Arestal y Montemuro, lo que le proporciona 4 sitios de la Red Natura 2000 y un Geoparque de la Unesco (el Geoparque de Arouca).
Dentro de las Montanhas Mágicas, la ruta del Agua y de la Piedra, que es la que nosotros seguimos, cuenta con hasta 114 puntos imprescindibles (imposible recorrerlos todos en tan solo un fin de semana), así que tienes mucho más que hacer en esta zona de Portugal, con y sin niños. Eso sí, necesitarás coche para moverte entre los distintos puntos (ventaja: te puedes parar en más sitios, hay paisajes de infarto.) Te dejo un pequeño mapa con los sitios de la lista ;)
About
Este artículo tiene su origen en una invitación del equipo de Adrimag, Porto e Norte y Montanhas Mágicas a conocer la zona de Arouca, Castelo de Paiva, Cinfães y Vale de Cambra en un fin de semana. Como siempre, aquí encontrarás mi experiencia y opinión real sobre los viajes que hago y los servicios que pruebo por el mundo. Cualquier duda me dices en los comentarios ?
4 Comentarios y Preguntas
Hola buenos días,
Me encantaría hacer esta ruta. Me podeís recomendar donde dormir. Sería hacer la ruta y acabar pasando dos noches en oporto, para el puente de diciembre. Gracias
Hola Susana,
Nosotros para esta ruta nos alojamos en Quinta de Novais (Arouca) y en el Hotel Porto Antigo (Cinfaes). El primero es un hotel rural en una antigua casona reconstruida y el segundo un hotel más moderno con vistas al Douro (tiene su propio embarcadero).
Si os animais a subir por la N222 un poco más (dicen que es la carretera más bonita de Portugal), teneis toda la región del Alto Douro Vinhateiro y ahí los hoteles tipo Quinta son espectaculares (son antiguas casonas para la producción de vino de Oporto, reconvertidas en hoteles de lujo).
Saludos y buen viaje!
Genial post Leticia, me ha encantado! Todo apuntado para visitar
Me alegro mucho Susi! Ya me contarás qué te gustó más o si me falta alguna cosa :)