Esta semana estoy preparando un par de eventos. Y, cómo no, me acabo de dar cuenta de que quizás (sólo quizás) las tarjetas de visita que tengo no me lleguen. No es que yo sea de esos que dan su tarjeta como si fuesen caramelos, pero últimamente he estado en un par de cosas en las que la gente pasa de Linkedin y prefiere un trozo de papel para acordarse de uno cuando vuelve a casa, así que me toca pasar por la imprenta y (re)pensar si repito diseño o le doy una vuelta.
Y, como en esas estoy, me ha dado por analizar cuáles son las tarjetas mejores para networkear y para que la gente te recuerde. Así que, me he puesto a revisar todas las tarjetas que tengo en el archivador y estas son las conclusiones a las que he llegado:
1. La tarjeta de visita para networking perfecta lleva foto
Es raro encontrar tarjetas corporativas con foto, pero seamos sinceros, cuando vas a una feria como la WTM, hablas con tantísima gente que terminas mezclando nombres, caras y empresas. Si lo relevante eres tú, mejor que lleve foto.
Si lo relevante no eres tú, sino la empresa, el logo tiene que ser visible y legible. Me he encontrado unas cuantas tarjetas que si no llevasen mis anotaciones encima no sabría por qué hablé con ellos ni qué hacen (agencias de RRPP, ¡tomad nota!).
Lo que me lleva al segundo punto:
2. Tiene espacio libre
Muchos diseñadores tienen miedo a los espacios en blanco, pero si algo me han enseñado los últimos cuatro años de networkear con bloggers es que por muy chula que sea la tarjeta (algunos se pasan de barrocos), las tarjetas corporativas están mejor pensadas para networkear.
Dejar espacio en blanco nos permite apuntar datos como los intereses comunes, de qué hablamos o si tenemos que enviarles un follow-up. Así cuando llegas a casa (o al hotel) es más fácil organizarse y filtrar lo bueno de lo mediocre.
3. Y un elemento único que refuerza tu marca
Mis primeras tarjetas corporativas tenían las traseras diferentes (las de cada uno de nosotros), pero todas tenían las siglas de la empresa de una forma original. Era una agencia de diseño corporativo y os puedo asegurar que la gente las guardaba (diría que alguno las coleccionaba) y las identificaba de un simple vistazo. Eran creativas, originales y hablaban muy bien del trabajo que realizábamos.
Después tuve las típicas tarjetas corporativas sosas en las que el elemento diferenciador era el logo. Nadie habría dicho a qué nos dedicábamos con solo ver la tarjeta.
Hoy intento añadir un punto extra a las tarjetas que hago. Por ejemplo, a mi hermana le hice unas con cafés (escribe sobre cafés y viajes en Travelto5 y en BaristaOCoffeeLover) y las mías llevan distintas traseras con fotos que puedes encontrar en el blog (y las reparto en función de lo que le interese a la persona con la que hablo: cultura, marketing, turismo sostenible, gastronomía, un destino concreto…).
Otra opción es resaltar tu slogan o tagline, para que la gente te ubique de un primer vistazo.
4. Es de tamaño estándard
La gente se pone muy creativa en este punto, pero la gente de negocios suele llevar tarjeteros o guardar en la cartera lo que le das. Si no cabe, se va a doblar. Si se dobla quedará fea y poco profesional.
Si es muy pequeña, lo más probable es que termine perdiéndose entre las bolsas, papeles y demás chorradas que nos entregan en los eventos. Eso y que son más difíciles de escanear (muchos ya tiramos de foto en vez de usar papel.)
Además, si quieres entregar algo original y más grande, puedes imprimir tarjetones, flyers o incluso fichas en A4 con los datos que deberían recordar sobre tí. La tarjeta cumple otra función.
* Por cierto, cada país tiene sus formatos estándard. Varían en cuestión de milímetros pero no está de más echar un vistazo a este gráfico de TheMuse
5. Usa un papel agradable al tacto (preferiblemente ecológico)
Sí, los laminados quedan chulos, pero cuesta escribir en muchas tarjetas, así que salvo que creas que van a retintar (soltar tinta con el uso, el calor, etc.) lo mejor son las tarjetas en papel ecológico o algodón. Ya que vamos a contaminar, que sea menos.
Podrías usar tarjetas diferentes (en madera, galletitas,…) pero les pasa lo mismo que a las de tamaño estándard, que se pierden porque no caben en el tarjetero. Salvo que regales un USB, que es como 3000 veces más caro, pero la gente los guarda como si fuesen oro puro.
6. Además del cargo, añade contenido funcional
Sí, es muy bonito que un blogger de viajes o un emprendedor ponga CEO en su tarjeta. Ya sabes que las decisiones importantes las tomará el o ella. Pero cuando te pones a revisar las tarjetas, ¿realmente aporta la información práctica que buscas?
Vale, si eres Richard Branson o Bill Gates pon lo que te dé la gana, ya te tenemos ubicado, pero para todos los demás es mejor añadir qué haces o tu área de especialización. Por ejemplo, podrías poner «Travel Writer & CEO» o «Diseñador de joyas únicas & CEO». Ahí va lo creativo que quieras ser y cuál sea tu foco.
Por supuesto, la empresa o el proyecto deberían ser claramente visibles y en texto, por mucho que uses el logotipo (salvo que sea un logo tipográfico.)
7. Tiene el contacto directo a la persona
Vale, que puede que tú seas el único contacto, pero ¿no suena mejor hablar con leticia@blablabla que con info@blablabla? Es una forma de conectar directamente con la persona.
Sí, hay mucha gente reticente a dar los móviles o los teléfonos directos de la oficina, pero entonces será más difícil encontrarte.
8. Si usas redes sociales, no las pone todas
Vale, aquí yo lo tengo fácil, me puedes encontrar en todas (en todas las que uso, claro) como @trucosviajeros. Pero para los demás, por favor no hace falta indicar todas las redes sociales en las que estás, por mucho que te dediques al SocialMedia.
Seguro que hay una red que usas como principal, donde tienes más interacción o en la que tienes más seguidores. Pon esa. Y si son dos, pon dos. Pero no las pongas todas, es un espacio precioso para que los demás podamos escribir información relevante y accionable.
Y si no pones tus usuarios o url en redes sociales, no pongas los iconitos. No aportan nada, ya sabemos que probablemente los uses, pero si tenemos que ir a tu web para ver cuáles son, no aportan nada en la tarjeta (salvo que te dediques al Social Media y los uses como visual de las redes que usas… aunque seguro que encuentras alguna forma más creativa de transmitir ese mensaje.)
9. No se pierde en detalles tontos
Fax… ¿En serio te envían faxes todavía? Dirección física… si no tienes una tienda abierta al público, e incluso si la tienes, lo más sencillo va a ser que la busquen en Internet.
Vale, hay una excepción a esto: que tu oficina esté en un sitio concreto dentro de una empresa con muchos edificios y direcciones. Pero si no, ¿para qué la añades? En mi caso, por ejemplo, es más útil poner mi skype, la mayoría de las reuniones las hago por ahí, la dirección me la puedes pedir en cualquier momento y no, no tengo fax.
Ah! y aunque me puedes llamar también a un fijo, es mucho más fácil localizarme en el móvil (sobre todo cuando estoy de viaje…)
10. Es fácil de leer (por cualquiera)
Te pones creativo y molón, pero se te olvida que la gente cumple años o tiene miopía. Algunos incluso confunden los colores, así que, por mucho que te guste escribir en amarillo (y lo mucho que diga de tu marca el color limón), para y pásale el diseño de la tarjeta de visita a tu madre, tu abuela y tu sobrina (antes de imprimir).
Os sorprendería la de tarjetas que se vuelven ilegibles con que les dé un poco el sol (dorados, muy chulos, pero déjalos para las invitaciones de boda.) Ah! y cuidado con las tipografías y los tamaños…
11. Y se puede escanear
No, no hace falta que te hagas con tarjetas NFC ni que tu tarjeta sea tan sosa que la lean todos los programas y apps de escaneado de tarjetas. Basta con que tengas una alternativa en formato QR.
Te puedes hacer tus propios códigos QR (incluso con formato VCard) gratis en esta web.
Otras ideas muy interesantes
No son muy comunes, pero puede que te animes a probar estas alternativas interesantes (yo le estoy dando una vuelta a un par de ellas):
- En vez de escribir tu web, crea una landing page específica donde cuentes qué haces y tus valores de marca. Algo del tipo www.trucosviajeros.com/turismo-sostenible (no pruebes, que no funciona…. todavía)
- Usar efectos táctiles para destacar cuando la tocas: relieves, reservas de brillo, papeles distintos, grosores especiales, olores… Si tienes presupuesto, puedes hacer que las tarjetas destaquen de manera sensorial.
- Customizables en vivo. La mitad de las veces el que escribe es quien las recibe, pero ¿y si personalizas la tarjeta cuando la entregas? Vale, no toda la tarjeta, pero a lo mejor algún punto concreto. Yo lo hice durante un tiempo con mi color de pelo, pero puede ser también el tagline o tu cuenta de twitter o instagram… Solo tienes que ensayar tu letra y llevar un rotulador chulo (o una pluma, pero que sea de secado rápido, claro.)
¿Me dejo alguna idea? Si ves que falta algo avísame y lo añado a la lista
* La foto es de Andy Kelly on Unsplash