Probablemente la mayoría de la gente a la que cuento que trabajo para clientes ubicados a cientos de kilómetros y que, además, lo hago mientras viajo, me imaginan enviando emails desde una triste habitación de hotel, aprovechando la wifi gratuita y con la única compañía de una lamparita que parpadea y la música de Spotify…
No me extraña. No hace tantos años de mi primer contacto real con el mundo de los nómadas digitales. Y, aunque hoy en día conozco a más de 30 nómadas digitales que realmente se ganan la vida realizando un trabajo en remoto mientras viajan, cuando pertenecía al mundo «corporate» los únicos trabajadores en remoto con los que tenía contacto eran los freelances que trabajaban desde su casa, muchas veces en pijama y zapatillas.
Pero, yendo al grano, ¿desde dónde trabajan los nómadas digitales?
Opción A: Los hostels y BnB
Sí, los que hayáis visitado un hostel en los últimos 4 años os habréis encontrado a un montón de chavalada «jugando» con el portátil en el salón e incluso en la cocina cuando podrían estar visitando la ciudad. Siento deciros que un gran porcentaje de la gente no estaba «jugando».
El primer indicio debió de dároslo el hecho haya mochileros que lleven un portátil (con lo que pesan algunos…) y otro el silencio de la sala + el tiempo que se pasan allí al día. Hoy por hoy, los viajeros de hostel ya no cumplen ese perfil de «mochilero sin dinero», sino que se pueden encontrar perfiles muy diferentes, desde los que buscan el contacto con otros viajeros (mucho más sencillo cuando visitas un hostel) a los que quieren acceso a cocina o un diseño único en una ubicación inmejorable.
Pero, siendo sensatos, esta es tan solo una opción temporal para la mayoría de nómadas digitales, que en algún punto echamos de menos una mesa decente, un café de verdad y una wifi que funcione de forma segura (preferiblemente con una IP fija y sin competir con el uso intensivo de los gamers… que también viajan algunos.)
Opción B: los hoteles
Si la opción de los hostels puede parecer poco seria, aunque sea real, la de los hoteles se queda tan solo para «gentes de negocios» y freelance que trabajen en el sector turístico. Conozco a pocos nómadas digitales que hayan usado como base un hotel, en parte por el precio y en parte porque las salas de negocios suelen estar en sótanos y tener un sobrecoste excesivo para los servicios que ofrecen.
Opción C: los espacios de coworking
Esta semana leía en la Harvard Business Review que trabajar en un coworking aumenta la felicidad y la productividad de los emprendedores (freelance o no, nómadas o no.) Y en el caso de los nómadas digitales, además, añade el acceso a una comunidad local de profesionales con la que compartir anécdotas y a la que recurrir si necesitan consejos o proveedores locales.
Por supuesto, no todos los coworkings están abiertos a tener personas que van y vienen, pero la gran mayoría ofrecen contratos sin permanencia e incluso hay algunos con presencia internacional que te permiten ir y venir sin costes extra. Los más interesantes son estos:
1) Impact Hub
Los miembros del Impact podemos utilizar cada una de las oficinas repartidas por todo el mundo hasta 3 días al año de forma totalmente gratuita (incluso cuando hay distintas oficinas en una misma ciudad). Esto te da acceso a espacios en distintos países (unas 90 ciudades) o, dicho de otro modo, más de 260 días fuera de tu oficina base.
Pero esta no es la única razón por la que Impact es mi opción personal: es una red de espacios «coworking» que no son sólo un espacio, ya que aúnan a todo tipo de proyectos que buscan crear un impacto positivo en la sociedad y el mundo empresarial. Vamos, que llegas a un espacio en el que no sólo encuentras a gente como tú, sino que también puedes encontrar a gente afín a tu proyecto y a tu forma de entender el mundo.
2) WeWork
WeWork es una red internacional de oficinas presente en 59 ciudades y, en teoría, ser miembro de un coworking de WeWork también te da acceso a las oficinas del resto del mundo. Pero no es tan transparente a la hora de definir cuántos días ni bajo qué condiciones.
Peeero, y aquí está la razón por la que os lo comparto, cuando reservas en Airbnb para negocios (sí, existe esa opción y sirve para obtener facturas), puedes disfrutar de acceso a las oficinas de Wework cercanas a tu alojamiento (1 día por periodo de reserva.) Os dejo aquí la info de la colaboración de Airbnb con Wework y aquí info sobre cómo es Airbnb.
3) Spaces
La red Europea de coworkings cuenta con espacios «premium» en unas 70 ciudades por todo el mundo. Y, en principio, podrías acceder a todos los espacios en horario de oficina. También es verdad que es bastante más caro que otras opciones, pero tienen un barista (para los café-adictos puede ser un plus.)
4) Los independientes
Algunos espacios de coworking independientes permiten hacer algo similar a lo anterior a través del programa Coworking Visa o dando acceso a Copass. No es la opción más sencilla, pero es una opción.
5) Los coliving spaces
Un paso más allá de los coworkings, los coliving proporcionan habitaciones y espacios de trabajo. Los de Roam cuentan con 5 espacios así en el mundo. En Galicia, Sende ofrece un concepto similar en una pequeña aldea rehabilitada de tan sólo 20 vecinos y en plena montaña.
Opción D: los tours de nómadas
Los tours de nómadas como WeRoam, wifiTribe o Nomad House son programas mitad viaje organizado mitad plan de trabajo en remoto en el que las empresas ofrecen viajes (a veces de más de 12 meses de duración) diseñados para que los nómadas digitales puedan trabajar cómodamente mientras recorren el mundo.
Tan sólo conozco a 2 personas (ambas americanas) que se hayan apuntado a hacer algo así. Para mí fue una opción en un momento dado, también, aunque no sé si hoy me embarcaría en una cosa así.
2 Comentarios y Preguntas
Estupendo post, me vendrá genial para este nuevo año donde espero poder viajar un poco mas y aprovechar para ir trabajando en lugares adecuados.
Muchas gracias Alberto!! Me alegro de que lo encuentres útil y de que sirva de inspiración para viajar y trabajar más por el mundo :)